lunes, 8 de febrero de 2016

Bella Vista, Nico Guglielmetti, Vox ediciones 2015

Orteguita


                                                                                             A mi abuelo Cholo
                                                                                                    por enseñarme casi todo


Quería escribir un libro sobre Ortega
pero ya lo habían hecho como sucedió con Mike Tyson
o su novia que hasta tuvo una revis.

Todo está inventado
pensé mientras pensaba
en los talleres de corte y confección
bajo sistema de cama caliente.

Cuando uno duerme el otro arriba
y así hasta que cante el gallo
 o se corte la respiración.

¿Dónde parábamos con los pibes fusilados?

Sigamos…

Nosotros, la literatura -uh, cierto que está prohibido
decir literatura en un texto-
Sigamos…

La pólvora que terminó con los guapos del novecientos
y ese holograma indicador de temperatura ideal
que Quilmes puso en su etiqueta para revolucionar el mercado
y la despensa no choree con el frío.

Eso quería, mi abuelo llamándome  Orteguita,
buscar términos lingüísticos,
preguntarse qué significaría en esta serie la palabra Orteguita.

De Ariel solo tuve las recaídas
pero esas son cosas de la gilada.

Ortega era un pibe fresco,
con tobillos de goma sosteniendo unas cañitas encomiables  y desnudas
bajo unas medias redundantemente aboyadas hacia abajo
de esas que venían  antes con tres tiras a media tibia
y causaron estragos en los pibes que se criaban soñando ser esos tipejos
que venían a destronar  a gorditos retacones de otro fúlbo
como Ramón Ismael Medina Bello.

  Pibes que dormían cuchando Sweet child of mine
y  aunque Ortega viniera del palo de la cumbia 
era la gambeta de cada uno de los de esa degeneración,
jubilando a viejos mañosos que no solo tapaban a los pendejos del club
sino que atrasaban al fulbo argento con corrientes empolvadas
en las que querían volver a mojar las patas.
El Cholo me dijo que no todo lo viejo está caduco:
Si te fijás, Ortega definiendo es una evolución de Rubén Polillita Da Silva.

Para mi Da Silva era un tipo sin códigos que pasó a la contra
y en un partidito de morondanga de esos de copa de verano
se besó reiteradamente el escudo de su pecho estalactítico tras un gol de chiripa.

#
Similitud y diferencia
 El último gran gambeteador después del loco René
y no me vengan con Latorre y su quiebre de tobillo de country
o esos caballos modernos que la tiran larga para un costado
con una pierna porque la otra ni pa apoyar

#

Surpraise

La desobediencia debida puesta en un marco
donde se pretende disciplina
“No te pasés de la raya que te hago una rinoscopia”

#
Sin título
La contradicción al servicio del apodo
#

Piñas

A medida que crezco en las inferiores del club
pierdo los rasgos circenses que había trasladado de los 25
contra los portones de las casas deshabitadas de calle cervantes,
los recreos en el patio de baldosas de la número 62
para la cual arrancábamos una piña de las redondas.

#

Bautismo de fuego

El primer día me tiraron a la cancha en Toppers de lona blanca
de esas parecidas a las Pampero con que mandaron al muere a los pibes de Malvinas
y el imaginario colectivo supone rolinga.

Hoy las sigo usando no sé si porque atraso
o por cábala sino es lo mismo.
Todavía existen pelotudos
que hablan de jugar en términos bélicos
y tipos que ven esto como algo de vida o muerte.

Para esos todavía no encontré calificativo,

Diegote diría que son arqueros.

#

Debut

Jugué como jugaba en el potrero
pero a medida que el grupo
me fue interiorizando a patadas
de los códigos del fútbol de verdad
caí a pedazos dentro de una metáfora obvia.

#

Orden y progreso

Con lo que el viejo dejaba en una lata
de leche Nido  cuando venía del sur
llegué a unos Fulvence blancos tapones fijos
que usé hasta en la escuela.

Los abuelos suelen recomendar
a sus nietos el uso exclusivo
en los días de partido
una vez ablandado el cuero.

Cada dos semanas  
les  pasaba pomada cobra negra
con cepillo como Karate Kid:
“Demasiado brillo es ser fifí”

En su época se usaban los tapones de madera,
daban vuelta en el medio de la cancha
una bolsa que contenía todos los botines de la institución
y  te ponías lo que encontrabas o te jodías .

Te levantabas antes de caer del cagazo al rasparte.
No existía ni ají sprayni canilleras y  el entrenamiento
 constaba en subir y bajar las escaleras de la tribuna  “Ignacio Nicolás”

#

Capacidad de resumen

Un amigo de los que hacía banco conmigo llega a Boca;
Jugamos al pool después de varias chichas,
“Hay que jugar por algo que duela”.

Como todo buen deportista pierde y no paga las apuestas.
Yo tampoco hubiera cambiado
la camiseta en un clásico tras comerme tres pepas
menos con un tipo del carácter de Ortega.

#

Germen

El viejo cuenta que Basile se fue de pibito del barrio.
Hoy dirige a mi amigo y parece no recordar mucho su origen.
Dice ante Cecilia Rubinska que se siente un porteño.

Me acuerdo de Rubinska porque tiene unos ojos cristalinos,
buenos pechos y según los muchachos
boca de petera.

La última vez que dije que Basile
era un viejo borracho de mierda
los ojos se le inyectaron.
Había mandado al banco a la joya que entró y la puso;
Grité un gol de Boca
cosa que no puedo contar a nadie.

El viejo por primera vez se sintió orgulloso de mí y no me dijo Orteguita

#

Dopping

Alfio Basile hizo debutar a Ortega en un mundial con 21 años

#

Mímesis

“Lo que se dice hacer teatro es otra cosa”
Edwing Van Der Sart

#

Rating

En el programa viejo de Fantino, antes de la introducción de gatos
en la medianoche televisíva con tandas de sms en el canal del Colorado,
Ortega cuenta que su primer premio lo acobachó tras recibir su parte
de Jorge Nicolás Higuaín en un calzoncillo Eyelit amarillo patito
en el trayecto que une la capital y su natal Ledesma con sus correspondientes paradas.

Acá no hay poesía.

#

Cummings y garay

Una cancha erigida
sobre un yacimiento de cascotes
en la parte alta de una ciudad
donde es mejor no ver demasiado.

La leyenda dice que brotaban
 y los galleguitos la juntaban con pala
de no sé sabe qué color. ¿Cuánto pende de aquello?

#

Punk not dead

Hoy en día los rivales deliran
“Gallego puto y tirapiedras”

El folclore se confunde con ver quién la tiene más larga.
Esto también me parece una gilada

#

Herencia

Me llevo mal con un técnico
que jugaba en la misma categoría que mi viejo.
En el pasado se cagaron a palos.
Cosas que mueren en la cancha, todo bien.
Jamás quise preguntar si se trató de un problema de polleras.

#

Sin título 2

Mi viejo se jacta de haber inventado una jugada
por la cual un hincha enloquecido le arrojó una Spicca
cuando una radio era como un hometheatre.

De la explicación deduje que hizo una vertical y la sacó de taco.
En la cancha aprendí que hay cosas que no tienen nombre.

A mi viejo le creo, puede tener defectos pero miente poco.

#
Delay
El Cholo nunca me contó de papá como jugador
ni llegó a ver un partido en el chamuyo del hometheatre. 

No sé si se avivaron los de la radio o la tele,
pero en simultáneo hay delay.
Me hubiera gustado tener que explicarle
 al abuelo que es el delay-

Así se veían los partidos en su casa .
Los goles se gritaban tres segundos después que la imagen
porque los relatores de la “televisión para todos”
son los peores de la historia…Claro, después de mauro Viale y Tinelli.

#
Alarma

El abuelo me llama burro a secas

#
Sin manos
El día que el Diego se cortó las gambas
solito me di cuenta que todo tiene un techo.
Nos volvimos a casa temprano,
ahí Jorgito Hagi era Maradona y en el café
se batía que Islas no era la primera vez
que se comía una pepa.

#
1994 foxforo stadium

Apagué la luz y el único rastro de vida paranormal
que se dibujaba en el póster del placard  
era un rombo verde fosforescente
como el que usaban en los chalecos
los del operativo “sol sin droga”
en el logo de la empresa lotto
 indumentti e calzatorre sportivi.

El mundial no es un potrero,
ahí te equivocás y armás las valijas.


#
Cada domingo voy

Ahora me vuelve a llamar Orteguita.
junto a la pava, me pide que ponga el mute
y prende la radio porque prefiere al Vitorhugo.

Fue tornero de buques en puerto Belgrano.
Después pasó al taller de Marchese
que fundió y se fue con todo.
Ahí le dio un patatraque de presión.

Cada vez que Ortega cuchareaba o entubaba a algún burro
se le enrojaba de contradicciones la yugular
porque era de boquita pero disfrutaba el fútbol.

#
Existencialismo

Yo no soy Ortega,
por empezar soy zurdo
lentísimo y a medida que voy subiendo de categorías
me van retrasando en el puesto.

Empecé siendo un once con poca explosión
y está visto que para ser wing tenés que ser un midget.
Después involucioné a lo que hoy llaman carrilero
ergo por los márgenes u orillas
y aunque tenía menos recorrido que la Unión
el abuelo me decía Ortega ya por cábala.

#
Camarilla
Inadaptado fui de enganche
a ver si con los caficios me contagiaba
pero empecé a engordar y juné
que jugar pendía de los asados.

#
Retiro

Trataron de reinventarme como marcador volante,
una suerte desgracia de doble tres para partidos en que hay que meter.
Para ser delantero me faltó facha.
Para ser central altura.

¿Para ser yo?

#
Cuarta
Ocho años en el club.
Pedí permiso al técnico para volver
y el lugar fue el último orejón del retiro.
Un cómodo lugar donde se jubilan los jugadores con oficio.
De ahí estás a un paso del afuera,
un blindex espaciotemporal.
Un trasmisor de ideas, radio ambulante.

Decíle a Pirulo que baje a dar una mano.
Un capitán sin cinta.
Tener la responsabilidad de las órdenes con bolsitas de agua,
achicar hasta las reservas,
marcar a tipos como Ortega y ofrecerle la raya.
Semblantearlo de una patada, chequearle el aliento
 para saber si con un buen codazo en las alturas todo queda afuera.


#

Empiezo a escribir poesía

En la universidad llaman lírica a otra cosa.
Ramón se mete en un chaleco de once baras
por culpa del rey del chou.

#
Epilogo
El abuelo tiene una trombosis como la de Ceratti,
le dicen que se le puede disparar en cualquier momento pero igual firma su cargo.
Odia al hospital que le chupó al hermano y a la madre.
Dice que ni en pedo se queda un fin de semana en observación porque hay partido.
No se le disparó jamás y Boca no me acuerdo como salió.

#
Instrucciones
Los médicos o no saben nada o se hacen los boludos.
El día que entró al quirófano con un 70 de posibilidades en contra
me llamó aparte y me dijo: “Ortega cuidáme los pichones y portáte mal”

#
qepd

El Cholo criaba canarios y al mes de morir
la mayoría de los pájaros del jaulón se me fueron.

Nunca más pude ver un pájaro encerrado.
Siempre me quedó picando esa tradición de exterminio heredada.
como tapar la perrera con los diarios fachos
o estirar el pega pega por un alambre encima de la aguada
y que las bandadas se enchastren hasta el alma.

Ortega
por suerte a los 35
y bajo el ala protectora de Daniel
sigue volando.

Yo debo conformar mis domingos
con los comentarios de Roberto Perfumo en la tv pública.
Al cementerio no pude volver.

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